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Foto del escritorEl Búho Pensador

Los cocodrilos vuelan...

El búho pensador...

28 de julio de 2020


Las personas y las organizaciones necesitan trabajar en equipo. Los casos exitosos se basan en esa premisa.

Entonces... ¿Por qué no sabemos hacerlo?



Para lograr los objetivos que nos propongamos en la vida es necesario entender que necesitamos de los demás. Aquellos qe desestiman la colabración en equipo están condenados al fracaso.

¿Por qué no respeta a sus colaboradores si él los eligió?


“Cuando seamos gobierno elegiremos a los mejores hombres y mujeres para que se integren al gabinete.”

Los seres humanos somos sociales por naturaleza. Tenemos muchas necesidades que deben ser cubiertas de manera colectiva. Pensar y actuar indiviudalmente nos lleva a conductas egoístas que en el tiempo nos dejarán solos.


Hay personas que consideran que una interacción individual es mejor porque se sienten más cómodos. Necesitamos de los demás desde el instante mismo en el que nacemos. Las probabilidades de que un recién nacido sobreviva por sus propios medios son muy reducidas porque no es capaz de protegerse del entorno.


Curiosamente, hay quienes creen que la raza humana es la más fuerte sobre la faz de la tierra. Irónicamente somos los menos favorecidos ante las condiciones e inclemencias de la naturaleza y el entorno. Casi todas las especies tienen la capacidad natural de sobrevivir al medio que les rodea y lo hacen sin grandes cambios más allá de su instinto.


Es el ciclo de la vida y la fuerza del instinto las que determinan cuáles especies tendrán éxito en el reto que representa existir en nuestro planeta. ¡Que sabia es la naturaleza!


Desde la prehistoria, el hombre se percató de que su entorno era hostil y que él estaba en desventaja. Se dio cuenta de que tenía que trabajar en conjunto para sobrevivir. Nació de esta manera lo que hoy conocemos como "trabajo en equipo".


La pregunta es... ¿Qué es el trabajo en equipo?


La palabra equipo conlleva conceptualmente la inclusión de más de una persona, por lo tanto no podríamos alcanzar las metas trazadas sin el apoyo de esa o esas persona(s). Todos los miembros del equipo son importantes y no se debe excluir a nadie.


No se entendería a un equipo de futból soccér, por ejemplo, sin la integración y colabración de todos sus miembros. No sería posible siquiera pensarlo desde su formación por el sólo hecho de que su reglamento obliga a que jueguen en la cancha once elementos.


Ahora qué... el hecho de conjuntar a varias personas no garantiza el éxito. No se trata de aglutinar a un colectivo social por el sólo hecho de hacerlo, sino que cada elemento conozca el sentido de su participación y sea consciente de la necesidad de que su ayuda es en beneficio de todos. A esto se le llama colaboración.


Para conseguir lo anterior hay que comprender varios puntos...


Una organización es un núcleo social que se diseña para alcanazar ciertos objetivos en un periodo de tiempo establecido. Las personas que la integran son similares a los engranes de un reloj. Cada pieza mecánica cumple un próposito bien definido y no está ahí por casualidad. Cuando falla uno, falla todo.


Cada persona en una organización es como uno de esos engranes.


El trabajo en equipo requiere de una cabeza que dirija los esfuerzos y supervise el cumplimiento de las acciones. Ese rol es lo que coloquialmente llamamos "el jefe".


La comunicación, el liderazgo, la experiencia, el talento, la visión, el conocimeinto, el carácter son elementos clave para que un jefe sea una buena cabeza de la organización y consiga el trabajo en equipo.


Es atribución del jefe del Ejecutivo la designación de las personas del gabinete que lo acompañarán a lo largo de su mandato. Son elegidas por él y se asume que cumplen con las características y requisitos para desempeñar la función encomendada en cada sector de su responsabilidad.

Entonces... ¿Por qué no los respeta?


Desde que el iluminado ganó las elecciones en 2018 anunció los nombres de los hombres y mujeres que serían designados para atender cada una de las responsabilidades del gobierno.


Se esperaba que estas personas fueran competentes y que cumplieran con los conocimientos técnicos necesarios para hacer su trabajo y asesorarlo para tomar las mejores decisiones en beneficio del país y de sus habitantes.


Las sorpresas llegaron poco a poco. Se fueron delegando responsabilidades en manos de algunos que ni siquiera conocían lo elemental del rubro que se les asignó.


Las consecuencias de dichas designaciones surgieron en los primeros meses. Llegaron las renuncias de importantes figuras del recién formado gobierno. Los documentos de dimisión fueron estridentes por los tiempos, las formas y las palabras.


Una de esas salidas fue la del responsable de la Hacienda federal. Charlie, le dicen sus más allegados.


En las siguientas horas se nombró al sucesor. Fue uno de los mismos elementos del actual régimen. Arturo H. le llaman.


Curiosamente, Arturito ya había sido sobajado por el emperador en las semanas previas cuando viajaba al extranjero y hacía importantes declaraciones y antes de regresar al país, su jefe lo desmentía. Vaya relación laboral.


Ya como nuevo encargado de los dineros públicos, Arturito declaró en los últimos días que "el uso del cubrebocas podría ayudar en la recuperación de la economía". Muy congruente y lógica la afirmación. Al implementar medidas de mitigación de los contagios, la economía del país se reactivaría antes.


Bendita suerte que el Tlatoani está al frente del país y al día siguiente salió a desdecirlo. "Eso no es cierto..." contestó con seguridad al ser cuestionado por una periodista... "Lo dijo su Secretario de Hacienda..." respondió ella... "No lo sabía... pero igual no es verdad..." dijo él con la actitud serena de siempre...


Vaya diálogo convincente.


Quiso la fortuna que en ese momento estuviera presente en la conferencia el mismísimo Secretario. De inmediato solicitó el uso de la palabra y aseguró: "Lo que dije antes sólo fue una analogía y no tenía un sentido tan realista..."


Bendita la hora en la que llegó la aclaración. Por unos minutos pensé que entre ellos no había comunicación. Peor aún... dubité sobre las premisas científicas, esas que lanzan todos los días los corruptos, cuestionando al gran líder con repecto a la crisis de salud y económica que ya tenemos encima. Por un instante creí que se perdía el rumbo del país... ¡¡Que miedo!!


No dejo de recordar aquel chiste sobre la reunión entre dos miembros del gabinete que mantenían una acalorada discusión sobre los cocodrilos... "Los cocodrilos vuelan..." dijo con seguridad el primero... "Eso no es posible..." contestó el segundo... "Te digo que sí..." reafirmó el otro..., "¡¡Que no, que no. Es irreal tu afirmación...!! ¿De dónde sacas esa idea loca?..." le reprendió nuevamente su par... "Lo dijo el jefe..." aseguró. "Bueno, si vuelan, pero bajito..." dijo más convencido el que antes dudaba.


Lo anterior es una forma muy clara de solucionar las diferencias entre personas de un mismo equipo.


Como sea. El gran jefe cumple con todo lo necesario para serlo. Respeta a su equipo y los escucha cuando difieren de él. Hay quienes piensan que para trabajar en este gobierno lo único que se requiere es obedecer ciegamente ante las locuras del emperador...


¿Ustedes quieren un jefe así?



La reflexión del día...


Hoy declara desde la comodidad de su cama en el hospital el preso que no lo es...


Inicia la nueva temporada de una novela de mediodía que nos mantendrá muy ocupados mientras el país sigue en crisis. Se suma a la de las mañanas y la de las noches.


¡¡Cuanto entretenimiento!!


Hasta mañana.


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