El búho pensador...
14 de julio de 2020
Una de las prácticas más comunes entre los políticos nacionales es la corrupción. Se piensa que "el que no tranza, no avanza" es parte de la vida y quienes no actúan así, están condenados al fracaso.
Entonces... ¿Por qué si todos lo sabemos, las cosas siguen igual?
Lamentablemente estamos entre los primeros lugares internacionales por la corrupción. No es un lugar deseable ni digno.
¿Por qué lo seguimos tolerando?
“Las escaleras se barren de arriba hacia abajo. De la misma forma acabaremos con la corrupción”
Los positivistas aseguran que los seres humanos somos buenos porque así es nuestra esencia . Otros creen que los hombres somos corruptos desde que nacemos porque así es nuestra naturaleza.
De acuerdo con la Real Academia de la Lengua, se entiende por corrupción...
"1. Pen.Comportamiento consistente en el soborno, ofrecimiento o promesa a otra persona que ostenta cargos públicos, o a personas privadas, a los efectos de obtener ventajas o beneficios contrarios a la legalidad o que sean de naturaleza defraudatoria."
Para no caer en discusiones, retomaré una definición que se encuentra publicada en la página de la institución que en nuestro país se dedica a combatirla.
"Consiste en el abuso del poder para beneficio propio. Puede clasificarse en corrupción a gran escala, menor y política, según la cantidad de fondos perdidos y el sector en el que se produzca."
Las personas corrompen y se corrompen en todo el mundo. Lo hacen en lo individual y en lo colectivo. Cuando la práctica es común y aceptada por grandes sectores, entonces se da una descomposición de la sociedad toda en sus estructuras sociales.
El asunto no es cosa menor, sobre todo cuando cuesta cantidades exhorbitantes de dinero y en casos más graves hasta la vida de las personas.
Por ejemplo, un arquitecto que conoce de una obra que está siendo construida con materiales de pésima calidad y aún así decide callar cuando le ofrecen un beneficio económico por su silencio... eso es un acto clarísimo de corrupción. Cuando ocurra un desastre natural, digamos, un terremoto, ese edificio se vendrá abajo con todos los ocupantes en el interior. Probablemente se perderán vidas humanas.
El asunto no para ahí. Cuando las autoridades realicen las investigaciones y determinen que las causas de la tragedia son atribuibles a los constructores, éstos ofrecerán una dádiva a cambio de su libertad.
¿Les suena familiar...?
Esto fue lo que pasó en gran escala en el gran sismo de septiembre de 1985 en la capital de nuestro país. Terrible que pasara.
A partir de aquello se endurecieron las penas en contra de aquellos corruptos que se prestaban a estos actos inhumanos.
Sin embargo, la historia no termina allí. Nuevamente un sismo -exactamente el mismo día y mes del primero y sólo con algunas horas de diferencia, 32 años para ser precisos- volvió a sacudir a la Ciudad en 2017 y.... ¿Qué creen...? Pues sí... de nuevo se vinieron abajo varios edificios por las mismas causas.
Este es sólo un ejemplo de cómo la corrupción sigue arraigada entre nosotros y que a pesar de los años y los discursos, las consecuencias las seguimos sufriendo todos los días.
La corrupción es un mal nacional que afecta la vida de todos.
Los actos de corrupción que en lo individual parecen carentes de daño, se vuelven una gran tragedia cuando se suman todos en una cadena de eventos que en el tiempo terminan dañando todo y a todos.
La esfera política no está exenta de esas malas prácticas y es uno de los principales pilares de su existencia.
"¡¡Pinches políticos tranzas!!" es una frase común que justifica nuestra incapacidad para sobresalir como país. Esto es cierto en parte, pero también tamiza nuestra propia actitud ante el problema.
"Todos son corruptos, excepto yo" es otro enunciado que avala nuestra indiferencia o actuación. Si a aquel que lo afirma le preguntas... ¿no lo eres tú, acaso cuando tiras basura en la calle o te pasas la luz roja del semáforo? ¡¡Claro que no!! eso no es corrupción.
De esta manera es que pensamos que todos son malos, excepto -por supuesto- nosotros mismos.
Esto es lo que pasa igualmente entre la clase política nacional.
Todos los corruptos acabarán en la cárcel. En esta ocasión no habrá ni perdón, ni olvido.
Entonces... ¿Por qué someter a consulta si los anteriores corruptos deben terminar tras las rejas?
Los que habitamos estos lares, escuchamos sexenio tras sexenio que ahora sí habrá castigo para aquellos que han saqueado al país... se repite una y otra vez la cantaleta en el discurso de los candidatos y prácticamente nada de acción cuando gobiernan.
¡¡Ya estamos hartos de esto...!! Supongo que hablo por millones.
El cuento se repitió nuevamente con la llegada del emperador al Palacio. Precisamente arrasó en las urnas porque millones le creyeron (yo no y lo dejo claro aquí) cuando aseguró que "ahora sí irían a la cárcel los ladrones y corruptos".
No sólo no hemos visto en prisión a esos personajes corruptos, sino que en este gobierno se ha evidenciado que varios de sus miembros están activos y operando a favor del iluminado.
Se habla que en este momento hay varios prófugos de la justicia, otros detenidos en el extranjero y otros más en arraigo en sus domicilios o de plano paseándose libremente por todo el mundo disfrazados para no ser fotografiados por los paparazzis.
Como sea, año tras año nos ilusionamos con la idea de que por fin se termine la corrupción y se dé un castigo ejemplar a esos que han abusado de su posición para enriquecerse ilegalmente... no perdamos la esperanza.
Lo relevante de esta lectura es crear conciencia acerca de que la corrupción somos todos. La hacemos cuando realizamos actos en contra de la ley o por el sólo hecho de tolerarla y callar.
Es tiempo de que por una vez en la vida nos unamos como sociedad y desterremos a las personas que solapan la corrupción; es tiempo de que entendamos que la corrupción es una manzana podrida que está matando a nuestra sociedad y lo más importante, que estamos condenado a nuestros hijos a vivir en la porquería que representa... por ellos, ¡¡Hagámoslo!!
La reflexión del día...
Una vez más el alquimista dedicó su capítulo de anoche a mentir.
Con un montón de gráficas que nadie entiende intentó -una vez más- convencernos de que la epidemia está acabando...
La estructura de su mensaje es mostrar una secuencia de dibujos en declive para generar la falsa percepción de que ya vamos hacia el fin de esta pesadilla...
Éstas mismas láminas podrían ser empleadas de manera opuesta para dar las conferencias cuando intenten explicar que la economía está creciendo... hacerlo así ahorraría al menos la electricidad del equipo de cómputo y ellos podrían tomarse un café antes de presentarlas...
Hasta el miércoles...
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