El búho pensador...
8 de julio de 2020
Ellos saben cómo hacerlo. Ante una epidemia que azota al mundo entero tienen la capacidad para proteger a la población. La curva nunca será obstáculo para detener la transformación.
Entonces... ¿Qué le decimos a las 32 mil familias? ...y contando
El buen científico que nos entretetiene todos los días en el horario estelar de la noche no duda; el del mismo apellido que su jefe -el emperador- nos llena de fe y esperanza desde hace cuatro meses.
¿Por qué el guión de esta telenovela se ha extendido tanto?
“Hemos domado la pandemia. Detente enemigo y aleja el mal que ya pronto veremos el final.”
Fuimos advertidos de lo que se avecinaba. No lo podemos negar. La advertencia se hizo con al menos tres meses de antelación. Nunca veríamos en este lado del mundo las cifras de Europa. Sonaba bien.
La pesadilla inició a finales del año pasado en un lugar que prácticamente nadie conocía. Uno de esos sitios que se vuelven tristemente célebres por la tragedia que los enmarcó y no por otras cosas.
Sucedió en ese apartado espacio lleno de seres humanos disciplinados ante un régimen que los cuida y los mantiene en paz. Un lugar lleno de historia y tradición donde habitan más de 1,300 millones de personas. Allá inició todo.
Los primeros brotes fueron considerados como una de esas enfermedades respiratorias atípicas; se fue extendiendo y se encendieron las alarmas. La cosa era grave.
Así pues, unas semanas más tarde se informó al mundo que venía una tormenta y que habría que prepararse para algo muy fuerte.
Los primeros en presentar casos, ya lejos del origen, fueron los países de Europa. Esos que presumían tener sistemas sanitarios sólidos, capaces de contener un problema de esa magnitud. No resultaron tan poderosos cuando los números y las estadísticas comenzaron a oler a muerte en sus calles. ¡¡No lo eran...!!
Para los primeros días de febrero la situación ya se veía mal. Los que lideran las acciones de protección sanitaria mundial exigían, imploraban, !!pruebas ,pruebas, pruebas!!
Sin embargo, la realidad alcanzó a todos y en unos días los muertos se contaban por miles en la mitad de los continentes.
A finales de febrero y principios de marzo ya se veían los primeros enfermos en Occidente. Algunos líderes tomaron en cuenta el consejo de los científicos; otros menospreciaron lo que venía e invitaban a seguir comiendo en "fonditas" y salir con las familias.
Hoy pagamos las consecuencias.
La estrategia del sapiente alquimista que asesora al emperador fue comunicar... lo hizo tan bien que construyó una imagen llena de fuerza en la representación de una heroína... ¡¡Susana!! ven por favor y alivia el dolor de los desfavorecidos.
Entonces... ¿Por qué marcó ella la distancia de todos nosotros?
Como parte de los trabajos para contener la propagación del bicho, se realizaron acciones contundentes que nos llenaron de tranquilidad. Cómo no sentirse seguro bajo la capa de aquella hermosa mujer que nos invita a mantenernos lejos unos de otros.
Ejercer el presupuesto en acciones materiales como adquisición de medicamentos o preparación de hospitales, era innecesario.
Lo que nos hace falta a los habitantes del reino, es esperanza y bajo ese supuesto hoy tenemos el cobijo y la protección de 4 nuevas heroínas. ¡¡Bendita solución!!
Recuerdo aquella maravillosa cinta "Fe, Esperanza, Caridad" dirigida por Alberto Bojórquez en la que se analizaba la conducta del pueblo ante diferentes hechos.
Hoy tenemos la dicha de contar con el "Escuadrón Sanitario", que suma, además de Susana, a Refugio, Prudencia, Esperanza y Aurora. Todas ellas nos salvarán del desastre que ya nos hunde en la tristeza y la pobreza.
No entiendo a aquellos neoliberales y conservadores que no acatan el mandato del iluminado. Todo lo que nos hace falta es seguir confiando en que al no ser corruptos la pandemia no podrá dañarnos. Sumaría pues a la poderosa liga a otra protagonista... Confianza sería un bello nombre.
Y así, mientras la terca realidad se sigue imponiendo, nuestros poderosos científicos y líderes continúan salvando vidas en aquel mundo imaginario donde un grupo de caricaturas nos mantendrá a salvo... Sólo les pido, por favor, no vayan a confundir a "las caricaturas que nos salvan" con "el gobierno de caricatura que se salva a sí mismo..."
Por favor, no lo hagan...
La reflexión del día...
Esperemos que estas soluciones místicas, imaginarias e irreales, consigan contener los efectos de la crisis económica y social que se está gestando por la incomprensión de los malquerientes de la transformación.
Podemos pedirle al tlatoani que, aprovechando su viaje al norte, le pida al espíritu de Stan Lee que lo ilustre para seguir creando figuras fantásticas que nos salven a todos... o por lo menos a él de sus delirios.
Hasta mañana...
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