El búho pensador...
24 de junio de 2020
Él argumenta todos los días que todo lo hace por humanismo.
Entonces... ¿Por qué actúa así?
El iluminado nos recuerda todos los días que él es humanista. No pierde momento alguno para hacer énfasis acerca de sus virtudes y dones que lo hacen un gran ser.
El pensamiento humanista data de muchos siglos... ¿Son humanistas todos los seres humanos?
“Todo lo que digo y hago se basa en el humanismo. No robar, no mentir, no traicionar.”
Una mañana en el Pueblo angelical....
Sucedió recién en la tierra donde se venera lo sagrado y que en el nombre lleva Los Ángeles; donde se acostumbra preparar mole y cemitas, ambos platillos deliciosos. Ocurrió durante una de sus dichosas giras ...
El emperador acudió, como es su costumbre a tiempo y de buena manera, a recibir el tan anhelado aplauso de sus seguidores... en el templete ya lo esperaba aquel que sin una pierna lo observaba a la distancia para recibirlo con un cordial saludo.
Así, de manera magnánime, el gran líder subió por el extremo derecho para ocupar su lugar; el anfitrión, quien -por su carente extremidad no logra levantarse- acepta de manera pronta la ayuda de uno de sus acompañantes para erguirse frente al gran invitado...
De esta forma, pues, se dio el momento cumbre de la reunión... ambos ideológicamente alineados pero políticamente separados...
No importaron aquellos días donde tomados de los brazos y al calor de los discursos solidarios eran grandes camaradas.
Con un desprecio que nadie se merece y una total falta de sensibilidad, el invitado simplemente pasó frente a su antiguo aliado sin cruzar siquiera una mirada... fue un acto vergonzoso de esos que no deberían suceder por humanidad.
Nadie merece ser tratado de esa forma, ¡¡NADIE!!
Durante los minutos subsecuentes el anfitrión no regresó a su silla. Pienso, más por el esfuerzo de levantarse nuevamente, que por la humillación previa.
Lo que sucedió después fue lo acostumbrado; el emperador recibiendo y enviando saludos a los de enfrente pero nunca, ni siquiera un instante, al menos una mirada para el que lo cobijó en su tierra.
La reflexión queda entonces para todos y cada uno de nosotros...
No importa el color de nuestra piel, no interesa nuestra complexión; ni siquiera debe valer nuestra ideología. Nada, absolutamente nada, justifica el maltrato y el desprecio a los demás... retomo esta idea a partir de los enunciados humanistas donde todos somos iguales y debemos tratarnos con respeto y cordialidad, incluso por encima de nuestras diferencias.
Si esta es la base del humanismo... entonces por qué el emperador trató con tal desdén al que amablemente le invitó a su lugar para escucharlo... No lo sé. Tal vez nuestro Tlatoani se despistó por única vez y faltó a sus propios valores...
Sólo por esta vez debemos justificar su desprecio aunque se trate de los suyos... ¿deberíamos...?
Nos leemos mañana...
Comments